¡Debo destacarme logrando lo que nadie a la fecha ha logrado!
Para cualquiera tener el pensamiento o hacer la declaración como:
¡VOY A DESTACARME, LOGRANDO LO QUE NADIE A LA FECHA HA LOGRADO!
suena muy positivo, alentador y motivante.
¿En realidad me ayudará?
Con la premisa o CREENCIA de que ¡Debo de hacer cosas excelentes y destacar!, es tan tentadora que prácticamente todo mundo la hemos dicho y trabajamos para ello.
Y qué tal si en realidad estemos teniendo un pensamiento que lejos de ayudar sea lo contrario.
¿Cómo puede ser eso, que este pensamiento no me ayude?
Nuestra vida la vamos creando a través de adquirir pensamientos que son un referente para nuestro comportamiento.
Esos pensamientos que habitan en nosotros y que les otorgamos mucha validez, los hemos hecho base de muchas decisiones, les llamamos CREENCIAS.
Consciente o inconscientemente reaccionamos o actuamos basados en nuestras creencias, mismas que las adquirimos porque fueron válidas o porque nos dieron resultados positivos al haber pensado así en algún momento.
Sin embargo, las CREENCIAS son pensamientos y los PENSAMIENTOS SON COSAS (Ernest Holmes), que llevamos cargando, nos sirven o no, nos potencializan nuestra vida, cuidarnos, lograr o también o nos limitan.
Los pensamientos y en este caso las CREENCIAS tienen energía y nosotros la procesamos en acciones, en emociones y por ende nos llevan a resultados.
Podemos decir que las CREENCIAS LIMITANTES tienen energías de frecuencias muy bajas que hace que tengamos a su vez emociones del mismo tipo de energía.
¿Cómo me dañan las creencias como la que declare?
Tenemos un enlace, o cadena permanente a nuestras CREENCIAS, en la mayor parte de las veces, ni siquiera las cuestionamos a pesar de que nos llevan a toma de decisiones equivocadas.
Tanto el LÍDER como cada integrante del equipo de trabajo requieren
CUESTIONARSE LAS CREENCIAS QUE HAY DETRÁS DE LAS DECISIONES.
El Líder consciente cuestiona en cualquier momento las creencias bajo las que actúa.
¿Habrá otra forma de ver lo que sucede?
¿Desde dónde lo estoy viendo y juzgando?
En realidad, tener permanentemente el enfoque de que DEBO DE… seguido de lo que le desees, es una creencia que lleva más a decepciones que a satisfacciones.
Las creencias del Líder pueden llegar a ser ESTRESANTES Y FRUSTRANTES:
¡Siempre debo de hacer las cosas bien! Y no debemos de cometer errores.
Mis colaboradores me ¡deben! tratar bien y me deben de respetar.
La empresa ¡debe! funcionar de forma correctamente.
Están basadas en criterios personales poco realistas, ya que nada funciona bien ni mal, tampoco nada funciona como yo quiero, y menos las cosas nos salen perfectas, ya que perfectas, bien, y mal, son estándares que varían dependiendo del que lo evalúa.
La realidad es diferente al plan, y por eso requerimos de MADUREZ EMOCIONAL para entender y enfrentar LOS RESULTADOS Y GESTIONAR LAS EMOCIONES QUE GENEREMOS.
Y estas GENERALIZACIONES, nos llevan a falta de flexibilidad, no entender la realidad y su variabilidad. Así también es preciso estar consciente de que las personas somos imperfectas, y no tenemos la capacidad de ver todas las variables en los temas y por ello, las decisiones y los resultados a veces no son los esperados.
¿CÓMO VALIDO MIS CREENCIAS?
Revisa el origen de tu juicio, ¿en qué te basaste? Y así empezamos a ver las creencias detrás del juicio o decisión.
Identificada la CREENCIA, la pregunta es: ¿HOY ES VIGENTE? Tal vez haya funcionado hace mucho, tal vez ahora no, ya que las condiciones son muy diferentes.
Identifica la INTENSIÓN de lo que haces, y dices, ¿Es POSITIVA, TODOS GANAN? ¿alguien sale dañado? o ¿Tal vez es la mejor, para que todos pierdan lo mínimo?
El Líder requiere trabajar constantemente en sus creencias y la gestión emocional que conllevan.
Te deseo el coraje y fuerza interior para romper con los patrones que ya no te sirven.
Benjamín Olivares Roig
Coach Especialista en Productividad, Bienestar y Sostenibilidad, bajo metodologías internacionales
Sinergia en Competencias y Competitividad
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